Precaución: toallitas húmedas: cuál es su peligro y qué se puede reemplazar
Las toallitas húmedas se han convertido desde hace mucho tiempo en algo familiar y cotidiano para casi todas las personas. Sin duda, son un salvavidas en muchas situaciones: limpiar las manos, ordenar a un niño durante un paseo o en una fiesta, refrescar el cuerpo, quitar la suciedad fresca de la ropa o incluso de los muebles tapizados. Algunos incluso los utilizan en la vida cotidiana. Sin embargo, para este propósito se creó un tipo separado de servilletas: las domésticas.
Sin embargo, pocas personas saben que las servilletas no siempre son beneficiosas. Sí, pueden hacer frente fácilmente a todas las tareas anteriores, pero al mismo tiempo son bastante capaces de dañar nuestra salud. Te contamos cuál es su peligro y con qué sustituirlos.
El contenido del artículo.
Sustancias peligrosas en la composición.
Sin duda, el daño de las toallitas húmedas no se aplica a todos los productos. Algunos fabricantes realmente se preocupan no sólo por las personas, sino también por el medio ambiente, por eso sus productos cumplen con todos los estándares de calidad y requisitos de seguridad. Pero esto sólo puede decirse de una categoría separada. Aún así, hay algunos en el mercado que plantean dudas sobre si vale la pena comprarlos.
Las toallitas húmedas baratas a veces contienen las sustancias más nocivas imaginables. Entre ellos:
- Surfactantes. A menudo se incluyen en productos para las necesidades del hogar. Como regla general, no causarán mucho daño a una persona si los usa para el propósito previsto. Pero no se recomienda su uso con fines higiénicos o cosméticos.
- Alcohol. Normalmente, el alcohol está presente en casi todas las toallitas húmedas, pero cuando se trata de productos para bebés y productos para el cuidado íntimo, no debe incluirse. Además, el uso frecuente de estos productos, que contienen alcohol, provoca sequedad en la piel, irritación y picazón.
- Ftalatos. Puede afectar negativamente a los sistemas digestivo y reproductivo. Y en 2016, especialistas de la Sociedad Estadounidense de Medicina Reproductiva incluso afirmaron que los ftalatos pueden afectar el desarrollo de un recién nacido en los primeros días después del nacimiento y su peso.
- Parabenos. Básicamente, se trata de ésteres de ácido parahidroxibenzoico que ayudan a aumentar la vida útil. Su peligrosidad aún no ha sido probada, pero se sabe que son bastante difíciles de eliminar del cuerpo y tienden a acumularse.
- SLS (lauril sulfato de sodio). Esta es una sustancia química que destruye el sistema inmunológico humano, ingresa a la sangre a través de la piel y se acumula en los órganos.
Quizás esta no sea una lista completa de aquellas sustancias que están incluidas en la composición, pero que al mismo tiempo también causan daño a la salud humana. Sin embargo, estos son los componentes más peligrosos, especialmente cuando se trata de toallitas o cosméticos para bebés con los que nos limpiamos la piel.
¿Cuánto se descompone?
Dado que, debido a algunas características de su composición, una toallita húmeda no se pudre ni se descompone, no se puede reciclar. Y aunque después de 100 años se desintegre en partículas microscópicas, eso no significa en absoluto que se haya disuelto y no quede ni rastro de él.
Recuerde que cualquier servilleta usada (incluso tirada a la basura) termina en cuerpos de agua, donde se convierte en un medio de alimentación para peces y animales, y luego en alimento para los humanos.Todas las sustancias anteriores acabarán en tu organismo provocando efectos desagradables en tu salud.
Imagínate... Ayer mismo tiraste una servilleta mojada a la basura y dentro de 100 años quedará tranquila en el suelo o tus tataranietos usarán sus restos...
Que reemplazar
Digan lo que digan, a muchos les resultará muy difícil negarse a utilizar toallitas húmedas, porque ya estamos demasiado acostumbrados a ellas. Y no se puede negar que realmente ayudan en muchas situaciones difíciles.
Pero no estamos hablando de abandonar por completo el producto. Es importante utilizarlo conscientemente. Por ejemplo, si es posible quitar el maquillaje con agua y jabón, entonces es mejor hacerlo, en lugar de sacar una toallita desmaquillante. Si el polvo se puede limpiar con un paño de microfibra, tampoco es necesario sacar una servilleta. Y puede matar los microbios patógenos en sus manos y protegerse en lugares públicos con la ayuda de antisépticos especiales, especialmente porque hoy se pueden comprar en cualquier farmacia. Ése es el objetivo del consumo consciente.